Ya volví de Marruecos y en este tiempo estudiando coleópteros junto a otros seres vivos de este maravilloso lugar de contrastes, he descubierto que ningún desierto lo es tanto como aparentemente parece ser. He encontrado la paz del silencio que en nuestra sociedad ya es prácticamente imposible encontrar, sentido el Sol en mi piel, cargado de energía y de vida, y he podido ver el cielo más oscuro y limpio que había visto en ningún lugar, totalmente carente de contaminación lumínica. El mundo es muy grande y nosotros muy pequeños... pero aún siendo pequeños somos capaces de hacer grandes cosas. Que nada ni nadie os impida hacerlas, que nada ni nadie os diga que no podéis y que nada ni nadie os aleje de vuestros propósitos por muy descabellados que algunos os digan que puedan parecer. Si queréis paz... buscarla aunque a veces haya que luchar por ello... y si queréis respeto, respetad pero no permitáis que nadie juegue con vosotros, ser firmes y afrontad con honradez mirando a los ojos, vuestras victorias y derrotas. Y por supuesto respetad a todos los seres vivos que os rodeen... desde el más pequeño al mayor... nosotros no somos más que una especie, no la mejor ni peor... sólo una más. Siempre que cierre los ojos... y respire profundo... sentiré el viento en mi cara junto al Sol y la tranquilidad sobrecogedora del Sahara.
Me alegra tu visión tan positiva de tu realidad. Ojalá puedas mantenerla durante muchos, muchos años.
ResponderEliminarSaludos y bienvenido.
Muchas gracias por tu comentario Ignacio. Intentaré mantener esa perspectiva todo el tiempo que pueda jejejeje. ¡Saludos!
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